"Esta historia me interesó porque a finales del año pasado, en Inglaterra, el número de jóvenes en paro superó por primera vez el millón.
Quería hablar de esta generación de jóvenes, muchos de los cuales no tienen perspectiva alguna de futuro. Están casi seguros de que nunca encontrarán trabajo, un trabajo fijo y estable. ¿Qué efecto puede tener eso sobre los jóvenes y la imagen que tienen de sí mismos?"
"La película transcurre en Glasgow. Podría haber discurrido en ciudades como Liverpool, Newcastle o Manchester, pero mi guionista, Paul Laverty, es de la costa oeste y es un universo que conoce muy bien y que le resulta inspirador. Y Glasgow es una ciudad con tanta fuerza que nos parecía el lugar ideal para situar la acción. Es una ciudad con una identidad muy marcada, encarnada por la cultura de sus habitantes, por su sentido del humor, por su punto de vista sobre la vida y con lugares llenos de historia. Es una tierra solidaria, nada individualista, aunque sus habitantes están pasando por las mismas dificultades que en otras partes".
"En esta ocasión he elegido hacer una comedia por espíritu de contradicción, porque siempre tengo ganas de intentar nuevas vías. El proceso es el mismo: hacer que el espectador comparta las experiencias de mis personajes, y si las situaciones son divertidas
se divertirán sin más. El objetivo es que las relaciones entre los personajes sean creíbles y que evolucionen en un contexto realista. Y si en la realidad nos harían sonreír, harán sonreír al espectador; y si nos harían llorar o enfadarnos, también harán que el espectador llora o se enfade".
"Uno de los asuntos principales después del guión es encontrar a los actores que se ajusten a sus personajes. Estuvimos buscando mucho tiempo y vimos a mucha gente para el papel de Robbie. Fue un proceso de eliminación, porque hay mucha gente buena pero que no es buena para el papel de la forma que tú quieres que lo sea. Elegí a Roger Allam para el papel de Thaddeus no solo porque es un actor experimentado sino sobre todo porque lo conozco y sabía lo que podía darme, y aunque también vimos a otros actores ninguno tenía el sentido del humor y la naturalidad que él aporta al lado oscuro de su personaje. Todos los actores han estado muy bien. Ha sido estupendo volver a trabajar con William Ruane, porque siempre es una ayuda contar con un actor en el que apoyarse. A veces puedes dirigir a los demás a través de un actor. Por ejemplo, yo le daba unas indicaciones a William y él, que es un gran profesional, las tenía en cuenta en su interpretación y así podía orientar a sus compañeros en una dirección concreta, sin que fueran conscientes de que les estaba dirigiendo. Con Gary Maitland hacía tiempo que no trabajaba (aparece en dos de mis películas) y es muy... en fin, nos hace sonreír. Tiene el aire de vivir en un universo paralelo que funciona con unas reglas distintas de las nuestras. Pero siempre está de buen humor y cuando tiene problemas también nosotros lo sentimos por él. En cuanto a Jasmin Riggins, es un placer trabajar con ella: es una chica simpática, divertida, bastante cáustica y con personalidad.
Lo que nos llevó algo más de tiempo fue encontrar a una actriz que pudiera interpretar a Leonie, la pareja de Robbie. Parecía que iba a ser el papel que nos daría menos problemas, pero fue precisamente todo lo contrario porque había que encontrar a una actriz que diera el tono justo teniendo en cuenta los orígenes sociales del personaje, cuyo padre ha ganado dinero y que ya no frecuenta el mismo ambiente que Robbie y los demás, porque además su padre intenta darle una educación burguesa. Pero también está todavía lo bastante cerca del mundo de Robbie como para comprenderlo. Fue bastante difícil encontrar a una actriz que pudiera integrarse en esos dos universos.
Además, me gustaría hablar de Charles Maclean. Paul Laverty había escrito el personaje de Rory, y había conocido a Charles, especialista en whisky. De pronto, se le vino a la cabeza su nombre. Había que incluirlo como asesor, hasta que Paul me aconsejó que me reuniera con él. Después de un primer encuentro, tuve claro que podía hacer el papel (de todas formas, yo quería que figurara en el reparto). Si un actor profesional hubiera tenido que hacer su personaje, se habría parecido físicamente a Charles pero no habría tenido ni su misma experiencia ni el mismo entusiasmo por el whisky que él".
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